Cuando ya todo era innegable e inocultable, desde Davos, usando el avión al que calificó como “lujo socialista”, Guillermo Lasso ordena a la Fiscalía (como si tuviera autoridad y legitimidad para ello) investigar a sus amigos, a quienes nombró como sus delegados en las empresas donde estaban los grandes contratos estatales y de lo cual él no era ignorante y menos aún ajeno.
En otras palabras: OCHO DÍAS MÁS TARDE Y CON CINCO MIEMBROS CLAVE EN LA ESTRUCTURA DE #ELGRANPADRINO FUERA DEL PAÍS, el presidente Lasso se proclama un “luchador” en la lucha contra la corrupción.
Y cualquier ciudadano común y corriente se puede preguntar: ¿Diez audios, cientos de documentos y miles de contratos remitidos a Fiscalía y Asamblea son una simple evidencia judicial para una pesquisa de comisaría?
En todo esto hay un añadido: la gran mafia mediática, los medios que apoyaron la candidatura y ahora la presidencia de Lasso se han encargado de desviar la atención y también de neutralizar el escándalo. Por eso, resulta extraño que hoy el asunto parezca un capricho de la oposición de los medios que en la práctica se asumen como realmente independientes y libres.
Por supuesto, ocultan a una de las figuras con las cuales se codeaban para recibir favores muy suculentos, cuasi clandestinos. Ese personaje es Hernán Luque Lecaro. Este señor no solo ha sido una figura prominente del Gobierno, sino un alto ejecutivo del Banco de Guayaquil.
¿Lasso desconocía de su protagonismo o era ese cuadro con el cual podría revitalizar otros negocios de otros amigos?
Y siempre quedan preguntas centrales, pues a la Fiscalía no le pide una investigación sobre su cuñado Danilo Carrera, cuyo nombre aparece en los audios de Luque Lecaro. Aquí el nombre de DANILO CARRERA SUENA MUY FUERTE y sus negocios ahora apestan, no son fruto de un trabajo transparente. Además, muchos empresarios guayaquileños sabían y lo decían en privado, desde que Lasso se instaló en Carondelet: “DE AHORA EN ADELANTE HAY QUE HABLAR CON DANILO”.
No estamos frente a un caso cualquiera, tampoco a unos muertos de hambre que encontraron la oportunidad de salir de la pobreza y disfrutar de una vida algo decente. Todos los que ahora huyeron, a más de Carrera que nadie sabe dónde está, pero que aparecía con el Presidente Lasso en la Casa Blanca de Washington, son hombres ricos, multimillonarios, que no estaban por unos miles de dólares, ESTABAN Y ESTÁN POR MILLONES DE DÓLARES DE CONTRATOS. Por eso querían liberar de penalidades la transferencia de dinero a paraísos fiscales, por eso Lasso redujo el impuesto a la salida de capitales, entre otras cosas.
Si hoy no es el momento de parar la corrupción de una vez por todas, ¿hasta cuándo vamos a seguir engañados por un grupete de codiciosos que se instalaron en el Gobierno para incrementar sus fortunas y hacernos creer que somos una tarea de pendejos que les podemos socapar todo porque hay unos Pelagatos, unos Hijos Bobos y unos medios como Teleamazonas, Ecuavisa, El Universo, La Hora, Expreso o esos periodistas a los que Lasso celebraba o Lenín Moreno premiaba con frecuencias y eliminación del IVA para la importación de papel periódico?

Fuente: Radio Pichincha , EcuaPost.