Cuando ya todo era innegable e inocultable, desde Davos, usando el avión al que calificó como “lujo socialista”, Guillermo Lasso ordena a la Fiscalía (como si tuviera autoridad y legitimidad para ello) investigar a sus amigos, a quienes nombró como sus delegados en las empresas donde estaban los grandes contratos estatales y de lo cual él…