En las plazas, parques o incluso en cualquier calle de Quito, se ha vuelto común ver a decenas de ciudadanos cumpliendo sus labores sin utilizar la mascarilla. Esto, pese a que en todo Ecuador, el COE Nacional resolvió el uso obligatorio de la misma, y la emergencia sanitaria aún no termina en el país.

Al acercarnos a conversar con un ciudadano de nombre Jaime, quien no quiso decir su apellido, se le preguntó por qué no utilizaba el tapabocas establecido. A lo que el individuo respondió que la mascarilla le estorbaba y que ya se había vacunado con las dos dosis.

De acuerdo al «Vacunómetro», elaborada por el Ministerio de Salud, el 60% de dosis aplicadas en Ecuador fueron de la vacuna china Sinovac, 30% de Pfizer, 10,5% de Astrazeneca y 4,11% de Cansino. Sin embargo, ninguna de estas vacunas es 100% efectiva contra el virus.

Para la Organización Mundial de la Salud, las mascarillas deben utilizarse como parte de una estrategia integral de medidas para suprimir la transmisión. “Si la COVID-19 se propaga en su comunidad, cuídese adoptando algunas precauciones sencillas, por ejemplo, manteniendo el distanciamiento físico, llevando mascarilla, ventilando bien las habitaciones, evitando las aglomeraciones, lavándose las manos”, dice en uno de sus comunicados.

Fuente: Pichincha Universal, EcuaPost